24/8/07


esta es mi modelo, la reina de la casa, se llama CANELA

2 comentarios:

Rohm dijo...
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Rohm dijo...

Porqué la gente cuando habla de sus gatos, espera que se los elogiemos. Me recuerda una tira de Mafalda, en la que el padre de Mafalda le pregunta a Libertad si le gustan sus plantas en maceta. Ella dice que no, que prefiere las plantas naturales. Él afirma que su piso es muy pequeñito, que no se puede. Ella le responde "ud. me preguntó si me gustan las plantas, no si me gusta su vida". Algo así era. No tiene nada que ver, pero me vino a la cabeza. Y como cuando se habla de gatos es inevitable hablar de perros. Si son perras, aún mejor: tienen un cariño enorme por esta persona extraña, bípeda, que llega por las tardes tarde o bien las saluda por la mañana. Lo bonito de las perras es que sus colas son antidepresivas. Cuando las baten la brisa que generan te recomponen el aura y hacen sonreír hasta al más gótico. ¿Sabía usted que las perras sonríen? También se ríen. Mueren por un calcetín hecho pelota o bien, una pelota. Es el LSD de los perros perseguir esa cosa perfecta que da botes. Ni hablar con el placer que les da el concepto "hoyo". Saca de quicio a algunos humanos, pero cortémosla: las mujeres tienen pedicuro, las perras, hoyos. Dejan sus uñas perfectas. Las pobres no saben que los humanos usan su nombre peyorativamente. La verdad, el idioma humano les parece idiota, pero no lo dicen. También son respetuosas y aunque prefieran el ladrido mas que las palabras que se las guardan porque no les interesa el conflicto. Para eso están los gatos. Vaya que están los gatos. Mejor ni nombrárselos. Es como cuando a uno le decían de chico que había coliflor para comer. Un horror. Y tengo que reconocer que lo bueno que tiene Canela es que nos ignoramos mutuamente, con lo cual lo nuestro tiene mucho futuro. Saludos de P.